martes, 25 de septiembre de 2007

La torre que resguarda a La Coruña

Torre de HérculesTodos hablan de ella. Es el punto de referencia para muchos coruñenses. La Torre de Hércules, es el monumento más visitado de esta ciudad española.

Casi desde cualquier punto se puede ver. Depende de qué parte se esté se puede ver completa o sólo la cúpula, pero ella siempre está ahí.

El Paseo Martítimo conduce a esta construcción que el ejército Romano edificó en el segundo siglo de nuestra era. Si uno dispone de varias horas se puede llegar a él caminando, o bien tomar el tranvía y por un euro lo dejan a unos 500 metros de esta belleza.

Mide 59 metros de altura y su autor fue el Arquitecto Cayo Servio Lupo, quien le dedicó esta obra al Dios de la Guerra, Marte. Durante muchos años fue un faro al servicio romano, pero en el Siglo V los Normandos mediante ataques obligaron a que lo abandonaran y estuvo sola hasta el Siglo XVI.

Después fue rescatada por el Rey Carlos III y quedó lista en 1791; los vestigios romanos sólo quedan en su interior, en un pequeño museo que se encuentra antes de llegar a los 218 escalones que permiten a los intrépidos visitantes llegar al balcón.

Desde lo más alto se ve una diminuta ciudad, el viento golpea y alborota los cabellos. Ahora ya no hay miedo a los ejércitos de la Normandía; ahora el pavor es que la cámara digital de 6.0 mega pixels estalle contra el suelo a más de 55 metros de altura.

Entrar al único faro romano que funciona en nuestro días, tiene un valor dos euros por persona, pero cuando uno va descendiendo las escaleras, le dan ganas de ir a la caja y cobrar diez euros por haber subido y bajado más de 400 escalones en menos de 10 minutos.

Fuente: Medio Tiempo

lunes, 17 de septiembre de 2007

AQUEL VIEJO FARO DE ARINAGA Y SU TIPICO DEPÓSITO PARA EL CARBURANTE (AGÜÍMES)

El litoral costero del municipio de Agüímes, especialmente entre Playa de Vargas y Playa de Arinaga (casi ocho kilómetros de costa), es poseedor de un rico historial que data desde nuestros antepasados aborígenes, con asentamientos entre Temisas, Agüímes y el Barranco de Guayadeque (1.450), cuyos escasos primeros pobladores se mezclaron con las fuerzas de ocupación castellana, donde tuvo lugar la repoblación perdida (1.480), de cuyas generaciones hemos llegado hasta el inicio del siglo XXI.

Atrás quedan más de 500 años desde la implantación del “Real Señorío de los Obispos de Canarias (1.486 – 1.837)”, teniendo la Villa de Agüímes, tierras adentro, gran esplendor, mientras en su zona costera, apenas existían vestigios de civilización hasta bien entrado el siglo XVII, que comenzó a tener su gran importancia tras las explotaciones de la industria de la cal, autentica fuente industrial en la comercialización, construcción, arreglo y adecentamiento de las viviendas de la época y otras infraestructuras, llegando hasta los albores del siglo XX (1.950).

De entre las numerosas historias del litoral costero de Agüímes, resalta aquel muelle viejo que en la actualidad aún conserva parte de su centenaria estructura, justamente frente al islote y bajo la atenta mirada del que fuera soberano vigía ó antiguo faro de Arinaga, construido entre 1889-92, entrando en funcionamiento en 1897. El proyecto de aquel antiguo faro fue obra de Juan de León y Castillo, y su constructor el ingeniero Eugenio Suárez Galván . El antiguo faro de Arinaga se construyó para alumbrar la costa de casi media isla, contándose con los faros de la Isleta, Punta de Melenara, el recién incorporado de Arinaga, y el faro de Máspalomas, sin embargo los faros de Punta de Melenara y Arinaga fueron de vital importancia, dado la peligrosidad en la navegación entre la Baja de Gando y la Punta de Tenefé.

En ésa época en la zona de Arinaga sólo habían caminos y veredas para carretas tiradas por mulos, burros y caballos. Para alumbrar el faro de Arinaga los vapores-veleros se acercaban entre la zona del Islote y el muelle viejo y descargaban las latas de petróleo y aceites y desde allí eran transportados a lomos de burros hasta el depósito de carburante junto al antiguo faro que hoy está abandonado, pero conserva su vistosa y panorámica visión de dos habitaciones de autentica cantera volcánica-bermeja (hoy en desuso) así como otros materiales de la época. Al entrar en funcionamiento el nuevo y moderno faro, 1963, los fareros desaparecieron por los avances de las nuevas tecnologías, el famoso y antiguo faro está rehabilitándose para un museo marino y un mirador con restaurante, gracias a la labor y los desvelos del Ayuntamiento de Agüímes, mientras la famosa y típica casa de los carburantes dicen que la van a demoler. Sería una pena que los restos de ésta vivienda desapareciera, pues es una parte de la historia de la Villa, que debería también de rehabilitarse como una pieza de recuerdo.

El responsable de éste escrito entrevistó en La Provincia en 1993 a Juanito Artíles Peña de 86 años de edad, que fue uno de los últimos supervivientes del muelle viejo y el antiguo faro, y nos dijo “recuerdo al viejo muelle de Arinaga cuando se descargaban el petróleo y el aceite para alumbrar el faro, también recuerdo a aquel vapor-velero “Rio de Oro” que tenía tres palos, en este barco se llevaban las piedras de cal de los hornos de Risco Verde y Playa de Cabrón (hoy rehabilitados) con destino a Las Palmas, yo estuve viviendo muchos años en las cuevas de Playa de Cabrón, cuando se construyó el otro pequeño muelle junto a la playa de Arinaga, allí se llegó a descargar los “manojos de varas” para los tomateros y ahí p´a lante fué cuando empezó el progreso y hacerse viviendas en Arinaga”.


Fuente: Revista Tara

El Faro de Melilla figurará en una serie de sellos de Correos

El Faro de Melilla figurará en una serie de sellos de Correos denominada ‘Faros 2007’

El Faro de Melilla figurará en una serie de sellos de Correos denominada ‘Faros 2007’ que se emitirá a partir del próximo 6 de septiembre, según informó ayer la agencia Europa Press.El Faro de Melilla la Vieja cuenta con cientos de años de historia y representa gran parte del significado de Melilla.

Junto al faro melillense, en la misma serie aparecerán los de Punta del Hidalgo (Isla de Tenerife), Punta Almina (Ceuta), Cabo Mayor (Santander), Cabo de Palos (Murcia) y Gorliz (Vizcaya).

La emisión se presentará en forma de un minipliego con seis sellos de Correos, con una tirada de 500.000 minipliegos. El valor postal de los sellos será de 0,30; 0,39; 0,42; 0,58; 0,78 y 2,43 euros.

Además de esta serie, Correos emitirá otras dos: la denominada Castillos, que consta de dos sellos dedicados, respectivamente, al Castillo de Almenar (Soria) y al Castillo de Villena (Alicante) y que se pondrá en circulación el 10 de septiembre, y la denominada Arqueología Mediterránea, que se emitirá a partir del día 13 de dicho mes.